miércoles, 29 de febrero de 2012
Tú tienes el control de lo que pienso de lo que imagino. Tienes todo lo que quiero, lo que necesito. Tienes algo que me envuelve y me calma. La primera vez que me miré en tus ojos, supe que no había que ser un adivino para comprender que el resto de mi vida era indispensable vivirla contigo. La primera vez que acaricié tu cuerpo, pude comprobar que existe el paraíso. No hace falta dar la vuelta al universo sólo basta con haberte conocido. Tengo titulado el sentimiento con tu nombre y apellido y es que todo lo que tengo es tuyo y ya no es mío. Tienes algo que me tienta y que me vuelve adicta a tu forma de quererme.
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